MujeR contra MujeR

jueves, junio 21, 2007

Ella sería la primera…

Pasaron muchos años después de MT, y si bien hubieron otros besos parecidos, que confirmaban y reafirmaban mi condición, no fue, sino en el trabajo donde encontré la respuesta más contundente de lo que, gustándome mucho, no dejaba de darme más de un dolor de cabeza.
Y es que las cosas simplemente ocurren y ya!, y como tal hay que aceptarlas… “no se puede tapar el sol con un solo dedo”… Así que lancé el anzuelo.


Yo: Mira, y si vienes a buscarme mañana?
PE: Te parece bien a las 7:45?
Yo: Sí está bien porque comienzo a las 8 en punto…

La vi alejarse con mil cosquillas en todo mi cuerpo, con la mente volando a millón y sonriendo por la picardía, ¿yo?, que me considero tan tímida, lanzando puntadas???, ni yo me lo explico hasta ahora.
Con todo lo puntual que ella era y yo con los nervios a flor de piel como asistiendo a la primera cita quinceañera (y de paso bien temprano). Ahí estábamos las dos.


Yo: Y por qué no quisiste pasar?
PE: Porque hace calor y mejor aquí afuera.
Yo: Calor??? Qué exagerada sos!!!

Después supe el porqué del calor en una mañana de junio (es invierno en mi país y aunque en Santa Cruz se siente sólo cuando llega uno de esos “surazos”, no por eso dejan de ser más o menos fresquitas las mañanas de esta estación).
Subí a la movilidad (léase motorizado de dos ruedas) y emprendimos viaje…

PE: Entro a las 8:30, salgo a las 5:30. Regreso a las 2:30 y salgo a las 17:30, querés que venga a recogerte?
Yo: Claro, si podés y tenés tiempo.

Qué estupidez!!!, claro que podía ¡y quería!, y yo más; pero los nervios son los nervios.
Las 5:30 se hicieron largas, pero tan puntual como su reloj, estuvo allí 5 minutos antes. ¡Qué emocionada me sentía!!!. Dimos muchas vueltas por la ciudad hablando, para ser lógicas, del tema en otras personas y qué pensábamos al respecto. Le conté lo que ya me habían contado algunas personita y mi incógnita del porqué a mí.

PE: Es que se sienten muy cómod@s con vos y saben que sós una mujer íntegra, que no te vas a escandalizar, ni denunciar, ni ridiculizarl@s.
Yo: Ah! ¿ ¡! ? (mente en blanco)… luego: ¿y qué querrá decirme??? Se me notará???
(Ay, qué cosa, si las especies se conocen, se atraen, se huelen, se protegen, se aman).
PE: Bueno, el caso es que si tuvieran que botar a algun@s, seremos muchos los que tendremos que irnos.
Yo:¿Cómo?
PE: Eso mismo!
Yo: Ah, sí, ¡claro!... (nervios)

En ese momento no sabía si en verdad sólo quería probar si yo era o no lo que sospechaba, y viceversa, o sólo era una charla más.
Al otro día volvió a repetirse el ritual; pero esta vez el paseo fue más largo y hablamos de otras cosas… Y así se sucedieron los días hasta que una noche llegó hasta mi casa y (para dicha mía) comenzó a llover a cántaros, como suelen ser las lluvias nuestras.

Yo: Así no podés irte, creo que es mejor meter la movilidad (el motorizado) y seguir viendo el concierto de Abba que están pasando en ATB.
PE: No, no puedo, me voy nomás…
Yo: Así no se vale, vós me hiciste quedar la otra noche y ahora es tu turno.

La lluvia no cesó de caer y era más de media noche.

Yo: Son más de las 12, metamos “el motorizado” porque si te vas ahorita te mojás y te enfermás
(ya empezaba a preocuparme su bien estar)
J
ugamos al gato y al ratón (léase “me voy”, “¡te quedás!")... Y se quedó.
Jugando, jugando hablamos hasta el amanecer.

PE: ¿Por qué fuiste a buscarme?
Yo: Quería verte y hablar
(claro que hablamos esa noche, otra vez hasta el amanecer).
PE: Ahora ya es tarde y no te podré llevar.
Yo: No importa, me iré en un taxi.
PE: Pero es que esta zona es peligrosa.
Yo: No puedo quedarme porque necesito fumar un cigarrillo antes de acostarme.
PE: Hummm, dónde tenía uno???. Ah, sí. Aquí, tomá.

Lo fumé y luego me pasó una pijama…

Yo: Esteeeee, pero yo me baño antes de acostarme.
PE: Vení, el baño es éste. Aquí tenés toalla.

Ésa fue la primera vez que dormí junto a ella sintiendo su calor, su respiración…
Así que como “venganza” aquella noche era la mía; pero fue la de ella.
Nos dispusimos a dormir, pues se podía sentir que un surazo (el más fuerte del que tenga noción desde ése día, fue éste) se colaba por la puertas, golpeaba las ventanas. Y nosotras debíamos presentarnos al trabajo en brevísimas horas.
Pero no pudimos dormir… sus tímidos besos parecían gritarle a mi cuerpo que no se detuviera, que prosiga la aventura… Sólo tuve que voltearme y dejar que el calor de aquel inmenso verano de nuestra habitación calentara el frío y crudo invierno. Ardimos entre las sábanas de ése amanecer y empezamos a escribir nuestra historia entre las sábanas de su cuarto y el mío. En cortos y placenteros viajes. En las 24…, 48…, 72 horas que pasábamos juntas. En los más de 365 días x 2 compartiendo el mismo techo.
A ella le entregué mis labios y todo mi ser… ¡La primera, la única! El amor eterno, el amor imborrable……
Una mañana de verano llegó mi invierno. Ella cerraba sus ojos a la luz de este mundo prometiéndome brillar en el cielo que tantas veces contemplamos juntas maravillándonos de la hermosura de la creación.
Nunca fueron más reales ni palpables las palabras que un día escribiera en la servilleta de una heladería… “Quiero morir pronunciando tu nombre”…(Violeta). El último hálito de vida no le permitió decirlo; pero en mis ojos humedecidos se quedaron prendidos, para siempre, sus ojos de luna, sus ojos de estrella, sus ojos de diamantes desde los cuales veo el mundo. Mi mundo, mi ser, lo que soy, lo que ya no callo. Mi sentimiento de mujer por otra mujer. No todas!. Una sola… la que me enamora, la que admiro, la que amo.
Hubo alguna más… Pero ella. Ella!!!, es la primera!, mi “sabor a miel”, mi violeta, mi luna, mi sol y mi “estrella”.

2 comentarios:

MaríaEscándalo dijo...

No hay mas palabras que agregar, sencillamente sublime. Me encanto leerte y sentir tu experiencia tan cerca. Abrazos fraternos...

Anónimo dijo...

Hola beby!
Vaya asi empezo todo, yo sabia algo pero no con tantos detalles. Que bonita historia!!!Nunca me cansare de oirla porque la interpreto con un cuento de hadas. Y que con los terribles problemas que hubo siempre estara ay para ti, para mi y para quien quiera escuchar la historia de CRISTAL.