MujeR contra MujeR

jueves, julio 05, 2007

Casi queriendo salir del closet

Pasaron algunos días luego del sepelio, cuando una amiga en común se presentó en mi casa para “consolarme”, buscando las respuestas de lo que desde hacía unos meses era inevitable. El diagnóstico médico nunca fue más lacerante que aquel “sólo hay que esperar”…
Entre cigarros y cafés el diálogo se fue haciendo más candente. Sabía bien las intenciones de “aclarar” temas de herencia o el fin del patrimonio que juntas habíamos construido. La charla no podría terminar de otro modo que el ya anticipado… Esta sería la primera vez que revelaba mi secreto a alguien que no precisamente era, lo que podría llamarse, “una amiga confidente”; pero el dolor estaba allí… en las lágrimas que debieron quedar sepultadas para no levantar sospecha alguna, en la impotencia ante lo incomprensible, ante el gran misterio que envuelve la sombra de la noche y de la muerte…
En medio del coraje y del dolor terminé confesando que ELLA, mi estrella, no fue sólo una “amiga” en el más amplio de los conceptos. Que fue mi pareja, mi novia, mi esposa…, mi AMOR. Que había perdido lo mejor de mi vida y que, lógicamente, me sentía su viuda.
Como es de suponer, en todos estos casos, (por experiencia de otras personas en similar condición) las preguntas de cómo nació nuestra relación o cómo la edificamos en nuestros más de dos años juntas, perdieron sentido para hacer crecer la inmensa curiosidad del morbo que no tiene límite alguno… ¿Y qué hacen dos mujeres???
Vaya… (qué falta de imaginación –y de inteligencia- tendría que decir).
Con una sonrisa irónica, contesté, lo que creí, era la más acertada de las respuestas.
- Pues mira… Cuando dos personas deciden compartir techo, hacer una vida juntas, formar una “familia” (no importa qué tipo de familia, pues todas tienen sus imperfecciones y sus grandes logros) hacen de todo; y nosotras no seríamos la excepción!. Verás, esto es lo que hacen dos mujeres que viven juntas: cocinan y lavan los platos; lavan ropa, la planchan y la guardan en el ropero; cultivan jardines, riegan plantas, cortan flores; barren y trapean la casa; arreglan los desperfectos (como cambiar un foco quemado, por ejemplo), salen a trabajar y unen los sueldos para gastos de mantenimiento y otros gustitos. Nosotras, en particular, íbamos a “karaokear”, al mercado, a una heladería, a comprar ropa, zapatos; planificamos nuestro futuro, pensamos en hijos… Peleamos, discutimos, nos enojamos, nos perdonamos... ¿Acaso, no es eso también lo que hacen todas las parejas?. Compartimos sudores en el trabajo y en el placer. Y no es precisamente que una es la “macho” y otra la “florcita” delicada. Eso es cuestión de la pareja, más allá de si somos activas, pasivas o versátiles (que ya hablaré de ello).
- Sí, sí; ya sé que no quieres escuchar esto; pero es necesario decirlo con pausas para que tú, y otros hetero de mente un poquito más retorcida que la tuya, comprendan que lo único que nos hace diferentes de ustedes es nuestra forma de amar. Ustedes han elegido a un varón (o en su defecto a una mujer) y nosotras siendo mujeres, hemos elegido una de nuestra especie. Y siendo “hombres” elegimos otro varón en nuestro corazón.
- Y, claro; porqué no?, también hacemos el amor, sé que la pregunta es cómo. La respuesta es “como lo hacen todos”. Cuando estás de novia y te casas no podrás desmentir que lo que provoca es andar desnuda todo el tiempo y “hacerlo” en los lugares más insospechados y en las formas que jamás pensaste que se podía realizar esta gratísima práctica.
- Si recurres (sólo un poquito) a tu imaginación, no tendría que decírtelo yo, sino que tú misma podrás concluir lo que quieres escuchar de mí. Y así como tú no tienes porqué contar los detalles de cómo tu hombre te pone en la cama, yo no tengo necesidad de decirte cómo me acosté con mi MUJER.
- Quizás el kamasutra, el cambasutra y hasta el mismo kamasutra lésbico, quedan pequeños a la hora de amarse, de entregarse, de fundirse en un solo ser… Sí, sí, sí… es que también hay penetraciones, y sexo oral, y besos, y caricias, y gemidos de amor y placer. Pero sobre todo hay una gran ventaja, una mujer sabe lo que le gusta y cuánto puede demorar en llegar un orgasmo. Sabe dónde y cómo le gusta ser estimulada para alcanzar aquel clímax en su punto máximo. Por lo tanto, si lo sabe, buscará estimular a su pareja de la manera que tú ni te imaginas. Y eso es una gran fortuna, pues con seguridad, ella se detendrá un poco más hasta hacerte “terminar” a plenitud.
No sé si esta confesión le dejó a mi amiga dudas o certezas, el hecho es que puedo resumir esta conversación con un poema leído hace muchos años… No recuerdo el autor pero aquí lo dejo:

“Entre seno y seno,

¡habían mil besos!,

y una hora infinita”.


Y puedo concluir con el aporte de otra gran amiga… (Con el permiso de *A…, sin rencores, por favor)

“Mis pechos se sienten vencidos de esperarte...
Mis ojos duelen, de tenerlos vacíos de tu imagen...
He perdido el tacto de mis manos, al perder el de tu cuerpo...
De palpar tu ausencia en el aire....
Y no olvido el calor de tu boca....
Me hice sangrar en las palabras de repetir tu nombre...
Mordí mis labios, con sed de poseerte...
Quiero ser tu amante, esta noche...
Prometo encontrar una manera de rescatarte en besos...
Una noche donde pueda quemarme en la sal ardiente de tus labios....
Necesito de tus caricias, necesito tus manos ardiendo en mi piel...
Ámame esta noche...
Inevitable pensar en instantes que tú has sido la dicha del amor que me ha sido negada...
Imposible deshabituarme al ocio de tu carne.......
Ámame esta noche…
Ámame entre furtivos suspiros y oscuros abrazos...
No estas aquí... y mi cuerpo no cesa de buscarte...
Buscando en mis sábanas la humedad de tu piel...
Que mi deseo, cada vez más exigente...
Agobiante, la distancia que separa tu cuerpo del mío...
Mientras que yo...
Quiero hacerte el amor, hasta que navegues en un sueño infinito...
Quiero cumplir en cada beso un divino rito...
Quiero hacerte el amor, hasta mirar por tus dilatadas pupilas...
Y confirmar con ello, que
hacerte el amor... es un arte bendito...
Quiero hacerte el amor... hasta desahogarme en tu lengua...
Madurar en tu boca, hasta florecer en tus besos desahogados...
Observarte completa...
Hacerte el amor, sin penas, sin dolor...
Entregarme a tus caricias tan cálidas, tan fecundas....
Quiero desnudarte a mis ojos... sin prosaicas vestiduras... desnuda de la carne y de los huesos...
Que el reflejo de tu alma llegue a mí...
Que seas mía hasta palidecer las tardes...
Mía, hasta renacer las noches......”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he quedado ocn la boca abierta leyendo, creo que las formas de amar de cada quien son respetables y eso no quita la esencia de la persona, sabes que te quiero mucho y te querre siempre, mientras tu seas feliz y con quien tu quieras, sea mujer, sea hombre, sea soltero (a), sea casado ((a) sea un anciano (a) sea quien sea mi cariño, mi respeto estaran contigo nena.

Anónimo dijo...

Hola!!!!!Buscando una imagen encontre tu blog y me ha conmovido tu historia!!!!!Yo hace un año perdi a mi novia!!!!!Y entiendo la duro que es!!!!
Animos!!!!

Un besito

Jarumi

Buy Viagra dijo...

Me encanta el poema!